Camino de Santiago - 2025

Camino de Santiago - 2025

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Dia 5 - Padron - Santiago de Compostela

, 13:37 - Enlace permanente

Quinto Dia - El Final del Camino

Y llegó el día. El último amanecer como peregrinos nos pilló con las mochilas ajustadas y un ánimo que crecía a cada paso. Nos dirigíamos a Santiago, y la emoción era un motor imparable. Bien temprano, con la nieve bajando aún de las farolas de Padrón, empezamos a caminar.

 

Cabe destacar la cantidad de peregrinos que, en este último tramo, se unen en una marea humana hacia un mismo destino. El Camino se llena de caras nuevas y conocidas, creando una comunión única de esfuerzo y alegría. El trayecto, que discurre entre pequeños tramos de carretera y largos senderos que serpentean por bosques de eucalipto y robles, se nos hizo alegre y divertido. El sonido de las botas se mezclaba con risas y saludos en todos los idiomas. La gente, con una alegría contagiosa, nos saludaba y compartía con nosotros sus momentos y vivencias, esos regalos únicos que solo el Camino sabe dar.

Recorrimos pueblos con encanto como A Escravitude, con su imponente santuario, y Amenal, donde el sonido del agua de los riachuelos nos acompañaba. Cada aldea era un respiro, una postal de la Galicia más auténtica. Pero sin duda, el momento de mayor carga emotiva antes de la meta llegó a la altura deMilladoiro. Allí, tras una cuesta, se abrió ante nosotros el horizonte. Y allá, a lo lejos, entre la bruma, las inconfundibles torres de la Catedral. Un murmullo de emoción recorrió a todos los peregrinos. Aquella silueta, nuestro destino final, nos dio un impulso sobrenatural.**

Con el ánimo renovado y un nudo en la garganta, nuestras piernas, aunque cansadas y doloridas, encontraron una fuerza nueva. El último tramo, bordeando la ciudad, se nos hizo eterno y mágico a la vez. Y por fin, traspasando el arco de la antigua muralla, entramos en la maravillosa ciudad de Santiago de Compostela. Las calles empedradas, los músicos, el bullicio... todo era un sueño.

Al girar y entrar en la Plaza del Obradoiro, la emoción nos desbordó. Allí, esperándonos, estaba Raquel, la madre de Adrián. Las lágrimas de alegría por el reencuentro se mezclaron con las de la culminación de un sueño. Mirar hacia la fachada de la Catedral dibujó una sonrisa inmensa en nuestros rostros, pero a la vez creó unas lágrimas de una tristeza dulce; la tristeza de que esta aventura increíble, de padre e hijo, había llegado a su fin. ¡Lo habíamos conseguido!

Finalmente, nos dirigimos a la Oficina del Peregrino para recoger nuestra Compostelana. Aquel documento no era solo un papel; era la acreditación de nuestro esfuerzo, de nuestra lucha y de los días recorriendo los magníficos parajes de esta tierra que se llama Galicia. Un viaje que, efectivamente, acaba en una ciudad tan bonita como Santiago, pero que, sobre todo, vivirá para siempre en nuestros corazones.

Dia 4 - Caldas de Rei - Padrón

, 13:35 - Enlace permanente

Cuarto dia - Un Dia de Cultura Gallega

Nuestra cuarta jornada comenzó con un lujo: la madre de Adrián nos acercó en coche al punto exacto donde habíamos dejado el camino el día anterior, justo al lado de la bonita cascada de Barrosa. ¡Un lugar con mucho encanto para retomar la marcha!

Desde allí, con la energía renovada, atravesamos Caldas de Reis y pusimos rumbo a Padrón, una localidad emblemática en Galicia por su profunda vinculación con la tradición jacobea. El Camino se llenaba cada vez de más peregrinos, creando una sensación de comunión única, una mezcla de amistad y esfuerzo compartido por conseguir un mismo objetivo.

Esta etapa se caracteriza por ser un tramo más bien plano, muy agradecido para las piernas después del día anterior, y que discurre entre una sucesión de pueblos de una hermosura incomparable. Pasamos por joyas como San Miguel de Valga, con su iglesia románica, y Iria Flavia, una aldea histórica que fue sede episcopal antes que Compostela y donde se encuentra la Fundación Camilo José Cela. Cada rincón respiraba historia y tranquilidad.

Tengo que reconocer que este tramo, entretenido con tanta belleza, parece más corto de lo que es. Casi sin darnos cuenta, ya estábamos llegando a Padrón. Localizamos rápidamente el albergue, dejamos las mochilas y nos dirigimos a reponer fuerzas con una buena comida en uno de los restaurantes del pueblo.

Después de comer, seguimos el ritual sagrado del peregrino: una pequeña pero reparadora siesta. Tras una ducha revitalizadora, salimos a conocer las maravillas que Padrón nos ofrece.

La más destacable para nosotros fue, sin duda, el Museo de Rosalía de Castro. Es una representación típica y preciosa de una casa gallega de la época, donde se respira la esencia de la gran escritora. Dentro, pudimos ver sus muebles originales, manuscritos, objetos personales y sumergirnos en la vida y la obra de esta figura fundamental de la cultura gallega. Una curiosidad que nos sorprendió mucho fue descubrir que la bandera gallega, tal y como la conocemos hoy, fue diseñada y confeccionada por el marido de Rosalía, Manuel Murguía, y su hija.

Después, recorrimos las iglesias y monumentos del pueblo, como la Iglesia de Santiago, donde se encuentra el famoso "Pedrón" (la piedra a la que, según la tradición, se amarró la barca que traía el cuerpo del Apóstol).

Para el final de la tarde, decidimos irnos pronto para la cama. Un ambiente de anticipación y emoción flotaba en el aire. ¡Ya nos esperaba nuestra última etapa hasta Santiago!

Dia 3 - Redondela - Caldas de Rei

, 13:35 - Enlace permanente

Tercer dia - La Larga Marcha

Y aquí arrancamos el tercer día, que se presentaba como la etapa más dura de todas. Originalmente, la etapa nos llevaría de Redondela a Pontevedra, pero debido al escaso tiempo que tenemos para realizar el Camino, tomamos la decisión de unirla con la siguiente, que va de Pontevedra a Caldas de Reis. ¡Una jornada doble llena de kilómetros y aventuras!

Nuestro camino nos llevó primero por el hermoso pueblo de Arcade, famoso por sus ostras, donde cruzamos el impresionante puente romano sobre el río Verdugo. Es increíble caminar sobre una obra de arquitectura con tanta historia. Justo después del puente, nos esperaba una dura pendiente que nos dejó sin aliento y que termina cerca de Pontevedra.


Allí, nos encontramos con un desvío alternativo del Camino que resultó ser un auténtico regalo. Era un pasaje impresionante, como sacado de un cuento de hadas: un sendero flanqueado por verdes plantas, con ríos de aguas cristalinas, pequeños puentes de madera y saltos de agua que le daban un aspecto completamente mágico. Este tramo, aunque un poco largo, vale muchísimo la pena. Es una hermosura sacada de las más bonitas leyendas gallegas.

Ese sendero mágico nos sacó directamente a la ciudad de Pontevedra. Nada más llegar, ¡tuvimos una suerte increíble! Nos encontramos con unos compañeros del Camino que habíamos conocido días atrás y que nos invitaron a tomar algo en un bar. Tras una agradable charla y dejándolos en su albergue, nosotros proseguimos nuestra marcha. Repusimos fuerzas con unas pizzas en la Plaza de Galicia, en el corazón de Pontevedra, cargando pilas para la segunda parte de la hazaña.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

A la altura de Alba, junto a una bonita iglesia adornada con un cementerio tradicional, las fuerzas flaquearon. José, tuvo que descansar un rato en un banco de piedra a la puerta de la iglesia. Fue un descanso necesario. Tras una pausa de una hora, retomamos el viaje con renovada determinación.

Y en este segundo tramo, la suerte nos sonrió de nuevo. Conocimos a cuatro chicas que también hacían el Camino. Ellas habían sufrido mucho con la dureza del camino y sus pies, llenos de ampollas, casi no podían andar. En un esfuerzo de ánimo mutuo, se unieron a nuestro grupo. Pasamos unos momentos magníficos de compañerismo y risas, recorriendo juntos el tramo que lleva desde Alba hasta el bonito pueblo de San Amaro.

Allí, los pies de nuestras compañeras ya no resistieron más, quedando exhaustas. Dos de ellas decidieron pedir ayuda y, con suerte, haciendo autostop, un coche las acercó a su albergue, que se encontraba cerca. Nosotros, en compañía de las otras dos, seguimos nuestro camino hasta el pueblo de Couso, donde también les dijimos adiós.

Nosotros, ya extremadamente cansados, seguimos andando hasta Barro, donde tuvimos un final de etapa de lujo: ¡fuimos recogidos por la abuela de Adrián! Ese día dormíamos en nuestra casa en Cambados. Cuando llegamos, bastante tarde (sobre las 7), la ducha y la cena casera supusieron el premio merecido a un día tan intenso. Nos fuimos a la cama con un solo pensamiento: soñando que al día siguiente retomaríamos el camino desde el punto donde lo habíamos dejado, para dirigirnos a Padrón.

Dia 2 - O Porriño - Redondela

, 13:14 - Enlace permanente

Segundo Dia Porriño - Redondela

Empezamos el segundo día con más ánimo que el primero y, sobre todo, más sabios. Habíamos aprendido la lección del calor, así que arrancamos bien temprano, sobre las siete de la mañana, encarando con energía la etapa que nos llevaría hasta Redondela.

Pronto nos dimos cuenta de que no éramos los únicos madrugadores. El Camino se llenó de gente, creando un ambiente festivo y multicultural. Pero lo que realmente nos deslumbró fue la belleza del trayecto, una armonía perfecta entre la naturaleza gallega y la actividad humana: antiguos casas, pazos de piedra y huertos junto a los senderos.

Los aproximadamente veinte kilómetros que nos esperaban se hicieron cada vez más bonitos e impresionantes. Este tramo se caracteriza por sus subidas y bajadas, y poco antes de llegar a Redondela nos enfrentamos a la más notable. Ascendimos por un sendero entre la arboleda hasta alcanzar una gran altura. El esfuerzo valió la pena al instante: desde allí arriba se nos reveló una vista espectacular de la Ría de Vigo, una postal inmejorable que nos mostró la belleza del camino que habíamos hecho y el que nos esperaba.

No pudimos resistirnos y, con ese paisaje de fondo, nos hicimos unas cuantas fotos que reflejan perfectamente nuestra felicidad y cansancio en ese momento. 

Ya con las piernas cansadas, llegamos por fin al albergue. Dejamos las pesadas mochilas y nos dirigimos directos a reponer fuerzas, degustando los platos típicos que nos ofrecía Redondela. Con el estómago lleno y recuperados, nos lanzamos a explorar este hermoso pueblo.

Descubrimos un paseo increíble que regala unas vistas magníficas del interior de la Ría de Vigo. Después, nos topamos con una escena de lo más auténtica: un partido de petanca entre vecinos. Nos quedamos un rato disfrutando del ambiente tranquilo y la destreza de los jugadores.

Para cerrar el día, y buscando algo rápido y sabroso, cenamos un kebab en uno de los establecimientos locales. Fue el final perfecto para una jornada llena de paisajes impresionantes, pequeños descubrimientos y esos momentos de vida cotidiana que hacen del Camino una experiencia tan especial.

Dia 1 - Ruta Tui - O Porriño

, 11:11 - Enlace permanente

Comenzamos El Camino

Padre e hijo, con el ánimo por las nubes, comenzamos nuestro Camino en Tui. Allí, la vieira azul nos señalaba los 118 kilómetros que nos separaban de Santiago, un reto que aceptamos con una sonrisa de pura emoción. Con las mochilas ajustadas y el corazón ligero, cruzamos el puente que marca la frontera desde Portugal, listos para vivir la promesa del Camino Portugués.

El sol se convirtió en nuestro primer y más exigente compañero de viaje. Nuestra salida tardía, por unos problemas logísticos (¡había que llegar desde Cambados hasta Tui!), hizo que camináramos en pleno mediodía. Lo que empezó como unos pasos llenos de energía, se transformó pronto en una marcha lenta y sudorosa por senderos entre bosques de eucalipto y cruceiros de piedra. Los verdes y maravillosos paisajes gallegos ondulaban bajo el calor, creando un contraste entre la belleza que nos rodeaba y nuestro esfuerzo por avanzar.

Con el kilómetro, la fatiga hizo mella en nuestro buen humor. Las palabras escasearon y un comentario sobre el peso de la mochila o el ritmo de marcha hizo saltar la chispa de un breve enfado. Es la realidad del Camino: no todo es perfecto, y el cansancio a veces saca lo peor de uno. Pero el Camino, sabio como es, siempre ofrece una solución. Una sombra, un trago de agua compartido, y un gesto tan simple como que mi hijo me ofreciera probar su bastón, fueron suficientes para que la tensión se esfumara. Como suele pasar, todo se arregló, y para cuando avistamos las primeras casas de Porriño, el enfado ya era solo una anécdota que nos unía más que nunca.


¡La llegada a Porriño fue una liberación! Dejamos caer las mochilas y nos dedicamos a lo importante: poner fuerzas.Después de una ducha reparadora y un cambio de ropa, éramos hombres nuevos. Salimos a explorar y nos quedamos impresionados frente a la increíble fachada modernista del Ayuntamiento. Era la prueba de nuestro primer obstáculo superado juntos. La exploración nocturna nos deparó una grata sorpresa: dimos con un magnífico establecimiento, la hamburguesería de Fran. Allí, un camarero tan simpático como habilidoso, que practicaba magia, nos sirvió unas hamburguesas impresionantes y nos maravilló con un espectáculo de magia de lo más entretenido. ¡Se lo recomendamos a todos!

Aquella primera noche, saboreando la victoria del día, nos dimos cuenta de que esto era solo el prólogo. Estábamos intuyendo los magníficos lugares, las historias y las personas mágicas que nos esperaban en el tramo final hasta Santiago.

Bienvenidos a mi Blog del Camino de Santiago

, 11:37 - Enlace permanente

¡Buenas a todos los aventureros y amantes del Camino!

En este blog, vamos a compartir con vosotros cada paso, cada paisaje y cada experiencia de nuestro emocionante viaje que tendrá lugar entre los días 8 y 16 de julio. Nuestro objetivo es completar una parte del Camino de Santiago, una ruta llena de historia, cultura y desafíos personales.

Preparativos y entrenamientos


Antes de lanzarnos a la aventura, sabemos que una buena preparación física es clave. Por eso, hemos planificado una serie de entrenamientos progresivos para asegurarnos de que estamos listos para las largas caminatas que nos esperan.

Nuestro primer entrenamiento será una ruta de 16 kilómetros, partiendo desde el pintoresco pueblo de Cambados, conocido por su impresionante patrimonio y sus famosos vinos albariños. Nuestro destino será la Playa de Foxos, un lugar con un encanto especial, donde la naturaleza y el mar se funden en un paisaje relajante.

Este primer recorrido nos permitirá probar nuestra resistencia, ajustar el calzado y la mochila, y, sobre todo, disfrutar de los hermosos paisajes que Galicia nos regala.

¿Qué nos espera en el Camino?


A lo largo de los próximos días, iremos compartiendo más detalles sobre nuestra ruta, los pueblos que visitaremos, las anécdotas del camino y, por supuesto, los imprevistos que seguro surgirán (¡porque eso también es parte de la aventura!).

Si sois peregrinos experimentados, ¡nos encantaría leer vuestros consejos en los comentarios! Y si, como nosotros, estáis planeando vuestro primer Camino, esperamos que este diario os sirva de inspiración y guía.

¡Nos vemos en el camino! ✨🚶‍♂️🌿

(Próxima entrada: Primer dia en el Camino de Santiago)